miércoles, 11 de noviembre de 2009

RAMON RUBIAL

Mi amiga y compañera Asun, ha escrito un excelente comentario en su blog sobre nuestro compañero y maestro Ramón Rubial. Aquí os dejo su entrada
http://elrestoeshumo.blogspot.com/2009/09/ramon-rubial-lehendakari-la-memoria.html

Ramón Rubial, lehendakari. La memoria rescatada de Euskadi

No sé si el cargo importa. Tal vez, llamar a alguien lehendakari o presidente no tuviese realmente importancia si fuésemos ciudadanos de una sociedad menos pazguata, una sociedad en la que la ideología hegemónica durante tantas décadas: el nacionalismo, no hubiese pervertido y manipulado a su conveniencia esas palabras. No solo el nacionalismo se permite el lujo de definir las palabras con tonos, cadencias y significados más allá de los que el uso y el diccionario dictan; eso es cierto. Sin embargo, en el terruño su omnipresencia en la sociedad y en el poder político, económico, social y cultural le ha otorgado una increíble capacidad para hacernos creer a todos que las palabras significan lo que la santa madre iglesia nacionalista ha decidido que signifiquen.Así, lehendakari, palabra que no significa más que presidente, que máximo representante democrático de los ciudadanos vascos, parece ser que significa presidente de Euskadi y por mandato divino, presidente nacionalista. En su pequeña versión inventada de lo que es -y ha sido- Euskadi parecía imposible que un político que no sea del PNV pudiese ser el presidente de todos los vascos y, por eso, la palabra lehendakari parece tener un label nacionalista que no puede ser usurpado por nadie que no sea un "buen vasco", es decir, un nacionalista vasco. Todas estas patologías nos hacen una sociedad llena de complejos y difícil de interpretar por las personas que no entienden las responsabilidades y cargos políticos como patrimonios de una determinada ideología, sino como resultado del juego democrático y, por lo tanto, abiertos a todos los partidos políticos.Ramón Rubial es un referente político de lucha por las libertades en Euskadi y en España. Tuvo una vida comprometida con unas ideas, las socialistas, a pesar de lo cual se ganó el respeto y el afecto de muchos ciudadanos que no eran socialistas. Esa autoritas que tan pocas personas tienen, y menos aún si son políticos, permanece aún presente incluso entre los nacionalistas vascos que miden con tiento cada palabra que pronuncian en relación con Rubial; y más aún, que se refieren a él con un respeto y un aprecio que pocas personas fuera de su ámbito ideológico se han ganado. Porque Rubial se lo ganó a pulso. Ello no es óbice para que nunca le hayan reconocido el título de lehendakari al político y es que, aunque era un gran hombre, Ramón tenía un gran problema: era socialista...
La transición en el País Vasco fue un periodo duro pero que también demostró la capacidad de los partidos políticos vascos de arrimar el hombro. Muchas de nuestras instituciones actuales, de nuestra forma de organizarnos, de nuestro entramado político, fue obra del acuerdo y el pacto que se fraguó en aquellos momentos, y que fue bastante más digerible desde un punto de vista democrático que el que se fraguó en España. Seguramente porque aquí los que habían sostenido el régimen dictatorial no tuvieron un papel determinante en la construcción de la nueva legitimidad democrática. A cambio tuvimos que sufrir el problema terrorista, el de ETA (en sus diferentes versiones) y el de extrema derecha. Rubial fue el presidente del Consejo General del País Vasco, el órgano preautonómico, y el represente de una manera de entender la política, que por desgracia no ha tenido un relevo. Seguramente porque como dice la zarzuela, los tiempos cambian que es una barbaridad... no siempre para mejor.
Los políticos como Rubial eran personas forjadas en el sindicalismo y en la política, trabajadores pero también personas cultivadas que veían en al formación personal y política una obligación de las personas que querían representar a sus conciudadanos, que debían de servir de ejemplo para que otros también practicasen el socialismo. A un político se le exigía una conducta coherente, en la medida de lo posible, con sus ideas, ahora eso no se le exige a ningún político porque seguramente ninguno soportaría la prueba.
Rubial es un referente del socialismo pero la exposición "Ramón Rubial, lehendakari. La memoria rescatada de Euskadi" intenta devolverle a un territorio más amplio que el de su ideología, al territorio de todos los ciudadanos vascos. Porque Ramon Rubial es una de las figuras más importantes de la historia el País Vasco en el siglo XX, y el hecho de ser socialista no puede negarle esa presencia. Pocas vidas explican tan bien el recorrido histórico de una ideología como la suya pero también pocas nos acercan a los valores que deberían forman parte de la educación cívica de todos los vascos como los que él representó en su paso por la presidencia del Consejo General del País Vasco.
Por eso, es un deber como historiadora y un honor como ciudadana consciente poder devolver a la ciudadanía vasca el relato de la vida de Rubial y especialmente su esfuerzo en el papel de lehendakari de todos los vascos. Porque aún creo en la función social de la historia, porque creo que la historia debe ser, sobre todo, rigurosa y también políticamente incorrecta. Y en este caso, no solo para los nacionalistas vascos que nunca han querido reconocer a Rubial, sino también para aquellos socialistas que han dejado sus enseñanzas en un cajón para dedicarse a la política de los focos, de las moquetas y de la imagen... Ese no era el socialismo de Rubial, seguramente porque las personas como Ramón se sentían solo ciudadanos conscientes de su responsabilidad, es lo que tiene haber participado en una guerra civil. Porque creían que los políticos debían dar ejemplo de austeridad, de explicación, de educación, de buen hacer, de trabajo, de esfuerzo y de pedagogía.
Por todo eso, y por muchas otras razones, ha sido un honor ser la comisaria de una exposición que habla de la vida de Ramón Rubial y que le coloca en el lugar de la historia vasca en el que se merece estar. Y es una satisfacción saber que muchos ciudadanos vascos de los que cada día van a su trabajo en tren y pasan por la Estación de Abando-Indalecio Prieto van a poder deterner su paso y dedicar unos minutos de su tiempo a conocer una parte de su historia, de la historia de todos; y porque no a debatir sobre si hay que llamar a Ramón Rubial lehendakari o presidente. El objetivo de esta exposición es ese, es una exposición para los ciudadanos, aunque reconozco que a alguno de nuestros próceres de la patria no les vendría mal pararse a ver y a leer los textos de la exposición, simplemente por curiosidad, por humildad y por cumplir con el deber moral que debería asistir a todos los representantes de una organización política, que es el de conocer la historia de su propio partido.
La denominación de lehendakari o de presidente puede tener un debate histórico y diferentes interpretaciones desde la historiografía que aportan sus razones, lo malo es que este debate ha estado siempre en el territorio de la politización de la historia y que en eso los nacionalistas vascos han sido maestros. No solo por su capacidad para apropiarse y definir lo que es y lo que no es vasco, sino también por la incompetencia, desinterés y poco respeto por su historia que ha tenido el socialismo vasco. La política actual vive del momento, del impacto mediático, sin entender que hay un sustrato que lo impregna todo y que parte de él está en eso que llamamos la memoria colectiva. Cuando la memoria colectiva vive de inventos interesados, de "patrias oprimidas" y Estados opresores, de vascos que lo son y de vascos que no lo serán nunca, de la exclusión de los otros, del clasismo y de la negación del otro, el problema es serio porque hay chicos de veinte años que creen tener razones para matar a otros vascos, siguiendo una interpretación absurda y falsa de nuestra historia. También hay otros que sin matar a los que piensan diferente los han condenado a negarles su vasquidad, porque son ellos quienes han establecido qué características son necesarias para ser vasco, y es curioso que no sea suficiente con haber nacido o con vivir en Euskadi.
Señores políticos, la responsabilidad no es solo de quién genera esa visión y la hace de todos, sino de aquellos que ocupados en sus pequeños conflictos, en sus asuntos internos o en el reparto de cotas de poder no son capaces de hacer frente a esa interpretación. El socialismo vasco sigue teniendo un problema, que no sabe hasta qué punto afecta no solo a la historia o al pasado o que no le importa a nadie salvo a los pobres historiadores, sino que se proyecta en el presente y en el futuro y que ha hecho posible, por ejemplo, que muchos vascos de hoy sigan viendo normal que se diga que un señor que se apellida López y que no sabe euskera y que no es nacionalista no puede representar a los vascos en condiciones.
En estos casos, siempre es un honor pertenecer a esa gremio tan poco apreciado y tan ninguneado de historiadores, a esas personas que buscan en el pasado una explicación de las cosas que en el presente no logramos entender. Los que pensamos que de dónde venimos es importante para saber adónde vamos... Somos gente con fama de seria pero también una especie de Quijotes, de esos que se empeñan en explicar que lo importante de una exposición es que la gente la vea, la lea y la discuta y no que el atril del político de turno tenga la luz adecuada el día de la inauguración o que haya canapés para los próceres de la patria. Es una cuestión de perspectiva y me alegro de que la que me ha tocado en suerte esté tan cerca del deber, del trabajo y de la responsabilidad y tan alejada del boato, la fotografía y la osada ignorancia...

jueves, 29 de octubre de 2009

VEINTISIETE AÑOS DE LA VICTORIA SOCIALISTA

AMIGOS,

Os dejo un excelente artículo del siempre magistral y humilde compañero JESUS ARANGO, publicado en el día de hoy en el diario LA NUEVA ESPAÑA.


JESÚS ARANGO El día 27 de octubre, cuando escribo este artículo, han transcurrido ya veintisiete años desde aquella jornada de reflexión que fue preludio de un día inolvidable para más de diez millones de españoles: la llegada de los socialistas al Gobierno de España. Y precisamente escribo estas líneas porque a los 27 años no se suele celebrar ningún aniversario de ésos en los que se recuerdan las efemérides.Los sucesivos gobiernos socialistas que durante catorce años ininterrumpidos gestionaron la política española tuvieron sus aciertos y sus errores. Lógicamente, el balance que se puede hacer será diferente según la perspectiva política desde la que se analice y como toda acción política estará sometido a crítica. Sin embargo, mi propósito es traer a la memoria algunas políticas «con mayúsculas» que significaron importantes cambios para la sociedad española. Fueron medidas adoptadas por gobiernos socialistas que, pasado el tiempo, se han convertido en hitos importantes en la mejora del bienestar y en la ampliación de los derechos económicos y sociales de los españoles. Se trata de decisiones que convirtieron esas políticas en irreversibles, pues ningún gobierno posterior se ha atrevido a derogar o cambiar. Me refiero, por ejemplo, a la ley General de Sanidad de 1985 que, a pesar de la enconada oposición que plantearon durante su tramitación los colegios de médicos y otras fuerzas con intereses económicos en la sanidad, cuyos detalles tuve ocasión de conocer directamente de mi admirado amigo Ernest Lluch, poco antes de ser asesinado, convirtió la asistencia sanitaria en un derecho universal y gratuito, que supuso que, entre otros colectivos, un millón de agricultores españoles dejase de tener que destinar una parte de sus, en muchas ocasiones, menguados ingresos a cubrir esta prestación mediante seguros médicos privados. Otra conquista de parecido tenor fue la aprobación algunos años más tarde de las pensiones no contributivas, que supuso para miles de conciudadanos, que no tuvieron la suerte en la vida de acumular una cotización suficiente para alcanzar una pensión contributiva, afrontar la vejez más dignamente. Más recientemente y con el actual Gobierno, la aprobación de la ley de la Dependencia es un paso más en esa senda de las conquistas sociales, que ha supuesto abandonar la concepción del Estado de bienestar propia de los sistemas tradicionales católicos del sur de Europa, en los que el cuidado de ancianos, niños y discapacitados recae fundamentalmente en la familia y no como ocurre en los modelos socialdemócratas más avanzados del norte de Europa, que estas obligaciones son atendidas por el Estado. Sin embargo, con respecto a esta norma hay que decir claramente que su eficacia y sostenibilidad a medio plazo sólo es posible si se suben los impuestos para poder acometer su financiación, pues como señalaba un destacado jurista, «las leyes sin contrapartida económica hacen bibliotecas, pero no países». Y en ese sentido, cabe señalar que nuestra presión fiscal es mucho más baja que la media europea y, por supuesto, muy alejada de los países europeos que disfrutan de un sistema de protección social en el que se incluyen este tipo de prestaciones. Tampoco hay que olvidar que tan importante o más que la presión fiscal es la distribución de la carga fiscal, pues resulta muy relevante el cómo se reparte la financiación pública entre impuestos directos, que tienen en cuenta la capacidad de renta del contribuyente, y los impuestos indirectos, en los que la contribución se realiza al margen de los niveles de ingresos de los ciudadanos. Los gobiernos conservadores de José María Aznar que sucedieron a los de Felipe González hicieron honor a su signo político: meramente conservaron estos avances sociales impulsados por los socialistas, sin que se pueda enunciar durante su período ninguna medida social del calado de las anteriores y eso a pesar de que sus gobiernos vivieron una prolongada etapa de auge económico. Sí en cambio debe reconocerse que durante el ciclo favorable que vivió España en la segunda mitad de los años noventa y que ha durado hasta la crisis de 2007, en un contexto europeo y mundial expansivo, durante el período de los gobiernos del Partido Popular se introdujo una mayor competencia en algunos sectores de actividad económica mediante distintas reformas estructurales. Sin embargo, a pesar del intenso crecimiento de la economía y del empleo de aquellos tiempos del eslogan de «España va bien», hubo un retroceso en las políticas de redistribución de la riqueza tal y como ponen de manifiesto las estadísticas comunitarias SEEPROS en las que se compara el gasto social de los distintos Estados miembros: España redujo el porcentaje del gasto en prestaciones sociales sobre el producto interior bruto, que es el indicador normalmente utilizado para medir esta cuestión.Como comentario final de este breve recorrido por el acontecer de las últimas tres décadas, en mi opinión uno de los grandes errores de los gobiernos socialistas, incluido el actual, fue creer en los cantos de sirena de que la política económica es un asunto que se debe encargar a técnicos o gestores presuntamente eficaces, desconociendo que ya los economistas clásicos (Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx) nos hablaban de la economía política para aportar soluciones a los problemas de los ciudadanos y no de herramientas pretendidamente neutrales que se amparan en sofisticados modelos que cada vez alejan más la economía de la vida cotidiana de los ciudadanos. Hay que tener siempre muy presente que vivimos en una sociedad y no en una economía, aunque la política económica es un asunto lo suficientemente importante para no dejarlo en manos exclusivamente de unos banqueros centrales y sus adláteres (OCDE, Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial) que recomiendan sobre todo reformas laborales con abaratamiento del despido y reducciones salariales, y que ponen en cuestión la viabilidad de los sistemas públicos de pensiones. Y tales recomendaciones nos las hacen desde sus puestos de altos funcionarios excelentemente retribuidos y con unos suculentos fondos de pensiones, permitiéndose el lujo de reivindicar la independencia de los poderes políticos democráticamente elegidos, para diseñar unas políticas económicas que nos han metido de lleno en la profunda crisis que vivimos actualmente.El fin de la historia y el triunfo pleno del mercado proclamado reiteradamente durante las últimas décadas y hasta fechas recientes son asuntos que han quedado olvidados con la crisis actual. El socialismo de hoy debe plantear con claridad una nueva combinación de los principios que rigen el funcionamiento de la economía: el mercado y la intervención pública. Hay que pasar de las meras distracciones de si bajar impuestos es de derechas o de izquierdas, a plantear a nuestros ciudadanos, por ejemplo, que si queremos hacer frente con más efectividad a las periódicas fluctuaciones de la economía es imprescindible que avancemos en la unidad política de Europa, pues sólo con un bloque europeo unido podremos hacer frente a los retos que plantea una economía y una revolución tecnológica que ha dejado obsoleta la dimensión institucional de los Estados-nación. En la actualidad, la mayoría de las decisiones ya se adoptan sin tener en cuenta dicha dimensión, pues estamos inmersos en una economía en la que la fragmentación productiva transnacional, incluidos los servicios de alto valor añadido susceptibles de transporte digital, está invadiendo de forma exponencial nuestras sociedades.En todo caso, el socialismo europeo como alternativa política debería ser capaz de ofrecer un nuevo programa que dé respuesta actualizada a los problemas fundamentales de la humanidad y que ya enunció John Maynard Keynes en 1926: saber combinar la eficiencia económica, la justicia social y la libertad individual. El mundo ha cambiado tanto desde 1982 que por menos de lo que pago de factura mensual de teléfonos compré un billete de avión para celebrar este 28 de octubre contándoles batallitas a mis nietos ingleses. Hasta la vuelta.

martes, 27 de octubre de 2009

ARTICULO PUBLICADO EN EL PAIS

Os dejo un artículo publicado en El País, el pasado domingo día 25 de Octubre, aunque no comparto el 100% de su planteamiento creo muy interesante alguno de los argumentos que el autor esgrime y que sin ninguna nos ayudará a reflexionar.


TRIBUNA: PAOLO FLORES D'ARCAIS
La traición de la socialdemocracia
Los partidos reformistas, convertidos en aparatos de gestión del poder, se han olvidado de la defensa de la igualdad contra el sistema de privilegios. Al incorporarse al 'establishment' han perdido su razón de ser
PAOLO FLORES D'ARCAIS 25/10/2009
Creo haber escrito mi primer artículo sobre "la crisis de la socialdemocracia" hace aproximadamente un cuarto de siglo, y eran ya muchos quienes me habían precedido. Sirva ello para explicar que el tema no es nuevo y que puede decirse que las socialdemocracias, en cierto sentido, siempre han estado en crisis (excepto las escandinavas, que nunca llegaron a crear escuela). La raíz de tal crisis reside en efecto en la desviación (un abismo a menudo) entre el dicho y el hecho que las aqueja. La socialdemocracia nació como una alternativa al comunismo en la defensa de la igualdad contra el sistema de privilegios. La alternativa al comunismo se ha conservado (con toda justicia) pero la batalla por la igualdad (es decir, la lucha contra los privilegios) se ha visto reducida a flatus vocis, incluso en su fórmula minimalista de la "igualdad de oportunidades de arranque", que llegó a ser teorizada por numerosos liberales como corolario de la meritocracia individual.
Resulta por ello más fácil recordar los raros momentos en los que la socialdemocracia alimentó realmente esperanzas: el laborismo de la inmediata posguerra, que implanta con Attlee el estado de bienestar teorizado por Beveridge; los años de Brandt, que el 7 de diciembre de 1970 se arrodilla en el gueto de Varsovia; la época de Mitterand, que interrumpe la larga hegemonía gaullista que pesaba sobre Francia casi como destino (o condena). Logros reformistas, a los que las propias socialdemocracias no han dado continuidad. La política del estado de bienestar se detuvo apenas un poco más allá del servicio sanitario nacional (que además se burocratizó rápidamente). La desnazificación radical de Alemania, que los gobiernos democristianos habían descuidado, no se vio enraizada en similares transformaciones de las relaciones de fuerzas sociales. Y la unidad de la izquierda de Mitterrand, tras la prometedora y brevísima época de los "clubes", se resolvió mediante compromisos entre los aparatos de partido, no en un acrecentamiento del poder efectivo de los ciudadanos.
Porque esa es la cuestión -no secundaria en absoluto- que los análisis de la "crisis de la socialdemocracia" no suelen tener en cuenta. El carácter de aparato, de burocracia, de nomenclatura, de casta, que han ido adquiriendo cada vez más, incluso en la izquierda, quienes, por decirlo con palabras de Weber, "viven de la política" y de la política han hecho su oficio. La transformación de la democracia parlamentaria en partidocracia, es decir, en partidos-máquina autorreferenciales y cada vez más parecidos entre sí, ha ido haciendo progresivamente vana la relación de representación entre diputados y ciudadanos. La política se está convirtiendo cada día más en una actividad privada, como cualquier otra actividad empresarial. Pero si la política, es decir, la esfera pública, se vuelve privada, lo hace en un doble sentido: porque los propios intereses (de gremio, de casta) de la clase política hacen prescindir definitivamente a ésta de los intereses y valores de los ciudadanos a los que debería representar, y porque el ciudadano se ve definitivamente privado de su cuota de soberanía, incluso en su forma delegada.
Los políticos de derechas y de izquierdas acaban por tener intereses de clase que en lo fundamental resultan comunes -de forma general: el razonamiento siempre tiene sus excepciones en el ámbito de los casos individuales- dado que todos ellos forman parte del establishment, del sistema de privilegios. Contra el que por el contrario debería luchar la socialdemocracia, en nombre de la igualdad. Y es que, no se olvide, era la "igualdad" el valor que servía de base para justificar el anticomunismo: el despotismo político es en efecto la primera negación de la igualdad social y el totalitarismo comunista la pisotea por lo tanto de forma desmesurada.
La partidocracia (de la que la socialdemocracia forma parte), dado que estimula la práctica y creciente frustración del ciudadano soberano, la negación del espacio público a los electores, constituye un alambique para ulteriores degeneraciones de la democracia parlamentaria, es decir, para una más radical sustracción de poder al ciudadano: así ocurre con la política-espectáculo y con las derivas populistas que parecen estar cada vez más enraizadas en Europa.
Pero lo cierto es que las vicisitudes actuales de las socialdemocracias parecen manifestar algo más: grupos dirigentes al completo que no solo están en crisis sino casi a la desbandada, sumidos en la espiral (al igual que los aviones al caer en picado) de un auténtico cupio dissolvi. La cuestión es que la culpa originaria, el haber olvidado la brújula del valor de la "igualdad", sin el que la izquierda pierde todo su sentido, está pasando ahora factura. Pero razonemos con orden.
Resulta paradójico que la socialdemocracia viva el acmé de su crisis precisamente cuando más favorables son las condiciones para la critica hacia el establishment y para plantear propuestas de reformas radicales en ámbito financiero y económico, dado que está a la vista de todos o, mejor dicho, está siendo padecido y sufrido por las grandes masas, el desastre social provocado por la deriva de los privilegios sin freno y por el dominio sin control ni contrapeso del liberalismo salvaje, de los "espíritus animales" del beneficio.
Y es que la crisis provoca incertidumbre ante el futuro y el miedo empuja a las masas hacia la derecha, según se dice. Pero eso ocurre solo porque la socialdemocracia no ha sabido dar respuestas en términos de reformismo, es decir, de justicia social creciente, a la necesidad de seguridad y de "futuro" de esos millones de ciudadanos. Pongamos algún ejemplo concreto. El miedo ante el futuro adquiere fácilmente los rasgos del "otro", el inmigrante, que nos "roba" el trabajo. Pero si el inmigrante puede "robarnos" el trabajo es solo porque acepta salarios más bajos. ¿Ha intentado llevar a cabo alguna vez la socialdemocracia una política de sistemático castigo de los empresarios, grandes y pequeños, que emplean a inmigrantes con salarios más bajos y sin el resto de costosas garantías normativas obtenidas tras decenios de luchas sindicales?
Algo análogo ocurre con la deslocalización de las empresas, el fenómeno más vistoso de la globalización. El empresario alemán, o francés, o italiano, o español, al trasladar su actividad productiva hacia el tercer mundo, se lucraba con enormes beneficios explotando mano de obra con salarios ínfimos y sin tutela sindical (por no hablar de la libertad de contaminar en forma devastadora). Pero los gobiernos poseen potentes instrumentos, si así lo quieren, para "disuadir" a sus propios empresarios en su carrera hacia la deslocalización, instrumentos que la política de la Unión Europea puede hacer incluso más convincentes o reforzar en buena medida.
La socialdemocracia, por el contrario, se ha doblegado ante esta mundialización, cuando no la ha exaltado, cuando si el empresario puede pagar menos por el trabajo, deslocalizando la fábrica o pagando en negro al clandestino, se crean las condiciones para un "ejército salarial de reserva" potencialmente infinito, que irá reduciendo cada vez más los salarios, restituyendo actualidad a categorías marxistas que el estado del bienestar -y luchas de generaciones (no la espontánea evolución del mercado)- habían vuelto obsoletas. Y sin embargo la socialdemocracia está organizada nada menos que en una "Internacional", y ha gozado durante mucho tiempo en las instituciones europeas de un peso preponderante. No es por lo tanto que no pudiera hacerse una política diversa. Es que no quiso hacerse.
Los ejemplos podrían multiplicarse. La socialdemocracia ha llegado a aceptar las más "tóxicas" invenciones financieras, y no ha hecho nada concreto para acabar con los "paraísos fiscales" o el secreto bancario, instrumentos del entramado económico-mafioso a nivel internacional, con el resultado de que el poder de las mafias se extiende por toda Europa, desde Moscú a Madrid, desde Sicilia hasta el Báltico, y ni siquiera se habla de ello. Y dejemos correr el problema de los medios de comunicación, absolutamente crucial, dado que "una opinión pública bien informada" debería constituir para los ciudadanos "la corte suprema", a la que poder "apelar siempre contra las públicas injusticias, la corrupción, la indiferencia popular o los errores del gobierno", como escribía Joseph Pulitzer (¡hace ya más de un siglo!), mientras que nada han hecho las socialdemocracias por aproximarse a este irrenunciable ideal.
La socialdemocracia debía distinguirse del comunismo en sus métodos, mediante la renuncia a la violencia revolucionaria, y en sus objetivos, mediante la renuncia a la destrucción de la propiedad privada de los medios de producción. No estaba desde luego en su ADN, por el contrario, la abdicación a condicionar a través de las reformas (es decir sustancialmente) la lógica del mercado, volviéndola socialmente "virtuosa" y sometiéndola a los imperativos de una constante redistribución del superávit tendente hacia la igualdad.
Al traicionar sistemáticamente su única razón de ser, la socialdemocracia ha estado en crisis incluso cuando ha ganado elecciones y ha gobernado. ¿Cuánto se han reducido las desigualdades sociales bajo los gobiernos de Blair? En nada, si acaso todo lo contrario. ¿Y con Schroeder? ¿De qué puede servir una izquierda que lleva a cabo una política de derechas, si no a preparar el retorno del original?
No resulta difícil, por lo tanto, delinear un proyecto reformista, basta tener como estrella polar el incremento conjunto de libertad y justicia (libertades civiles y justicia social). Es imposible realizarlo, sin embargo, con los actuales instrumentos, los partidos-máquina. Porque pertenecen estructuralmente al "partido del privilegio". No pueden ser la solución porque son parte integrante del problema.

martes, 11 de agosto de 2009

REFLEXION SOBRE PARTIDOS POLITICOS-ARTICULO DEL PUBLICO

Considero que este artículo nos puede servir para abrir un debate sobre los partidos políticos, cargos orgánicos, representantes institucionales y su imagen social. Todos los que entendemos la política como un instrumento de transformación social y de convivencia cívica tenemos la obligación de pararnos a reflexionar de vez en cuando sobre el impacto, " la imagen", el concepto que de NOSOTROS tiene el resto de los ciudadanos/as. Tristemente en las últimas semanas están apareciendo informaciones que en nada benefician a LA POLITICA, y a la noble y digna labor de miles de ciudadanos que dedican su tiempo a la defensa de sus principios e ideales, y a la gestión de lo público. Si no somos capaces de ver mas allá de nuestra propia casa, de abrir nuestros análisis a la realidad social existente entre la ciudadanía, a las nuevas formas de organización social, a los nuevos movimientos cívicos, a las nuevas formas de comunicación, de socialización, de convicenvia, de compromiso ciudadano, estaremos cometiendo un grave error que tendrá fatales consecuencias no sólo partidistas sino que afectará al capital social democrático. En los próximos días os dejaré comentarios sobre aspectos mas concretos ( papel de los partidos y de los afiliados, democracia interna de los partidos, participación ciudadana, comunicación política entre los partidos y los ciudadanos, ....)

Esos lamentables políticos
Creo en la democracia. O mejor digamos que considero que es el menos malo de los sistemas de gobierno que las sociedades
humanas han sido capaces de desarrollar. Sin embargo, los problemas que plantea su funcionamiento del día a día son muchos. Uno de los más difíciles de resolver es la necesidad de que exista un gran número de personas preparadas para ejercer las responsabilidades que los ciudadanos depositan en ellas. Preparadas, es decir, con conocimiento suficiente de los asuntos de los que van a tener que ocuparse. Con capacidad de reflexión y criterio personal. Con humildad para saber escuchar las opiniones ajenas. Y con una firmeza ética que los aleje de las innumerables tentaciones que acompañan el ejercicio del poder: el abuso, la atracción por los oropeles y el dispendio y, sobre todo, la facilidad para dejarse corromper.

Supongo que no es fácil encontrar muchos individuos que gocen de todas esas cualidades y estén dispuestos a ponerlas al servicio de los asuntos públicos. Pero es mucho más difícil aún dentro del complejo marco de los partidos políticos, esos viejos armatostes decimonónicos que huelen a naftalina y arrastran oxidados engranajes de funcionamiento. Para moverse ahí dentro, imagino, hace falta ser muy ambicioso y muy astuto. Saber arrimarse al sol que más calienta. Obedecer ciegamente a los de arriba y conseguir hacerse obedecer por los de abajo. Ganarse apoyos a base de todas las estrategias imaginables. Cerrar los ojos ante los comportamientos ajenos cuando conviene. No sentir ninguna compasión ni permitirse un momento de debilidad. Olvidarse de la propia moral. Etc., etc.

El resultado es el que vemos: hombres y mujeres que, en buena medida, han llegado a las alturas de los partidos sin que nada los avale, sin profundidad intelectual, sin discurso, sin ideas, sin imaginación, sin generosidad. Políticos mezquinos y burdos que sólo parecen preocupados por instalarse o mantenerse en el poder, a costa de lo que sea, y no por mejorar las condiciones de vida del país. Por no hablar de los que sólo piensan en su propio bolsillo. No dudo de que los otros existen. Pero lo cierto es que cada vez se les ve menos. Y que el panorama general da pena.

viernes, 7 de agosto de 2009

La degradación de las personas de talla baja

Os adjunto artículo que he publicado en La Nueva España, edic. de las Cuencas, con motivo de la polémica suscitada con la contratación degradante de "un show de enanitos" en unas fiestas de un pueblo de Mieres. Tristemente las personas de talla tenemos que seguir defendiendo nuestra dignidad y nuestra condición de personas en pleno siglo XXI.

La degradación de las personas de talla baja

A propósito de la celebración del «Show de los enanitos» en las fiestas de Los Felecho

FELIPE ORVIZ ABOGADO, MIEMBRO DE LA FUNDACIÓN ALPE-ACONDROPLASIA

El pasado fin de semana se celebró la romería de Los Felechos-El Rancho, en Mieres, y dentro de la programación que elaboró su comisión de las fiestas se incluyó un «Gran show de los enanit@s que bailarán en la barra de la carpa». ¿Por qué las personas de talla baja nos oponemos, rechazamos y denunciamos este tipo de espectáculos? En primer lugar, porque vulnera nuestra dignidad como personas, nuestra condición de ciudadanos y nuestros derechos más fundamentales que conforman el código mínimo que se atribuye a toda persona en un Estado social y de derecho; estos espectáculos se basan en la humillación de una condición física (enanismo), utilizada como objeto de risa, de mofa y de degradación; estas personas no son contratadas por sus cualidades artísticas o sus dotes de interpretación, todo lo contrario: tal como establece el anuncio de la actuación «Gran Show de los Enanitos», ¿Alguien conoce los nombres de estos supuestos artistas?, ¿Qué papel interpretativo o artístico van a desarrollar en su actuación encima de la barra del bar de las fiestas?, ¿Éste es el lugar donde desarrollan los artistas sus actuaciones artísticas o interpretativas?; si es un papel artístico, ¿lo pueden desarrollar una personas de talla normal actuando encima de la barra del bar?; ¿si fueran artistas no deberían desarrollar su trabajo en un escenario o un teatro? Gracias a este tipo de actuaciones -y sobre todo de aquellas personas que las contratan y las que las consumen-, la talla baja sigue siendo la única discapacidad-condición física que causa risa, la única que es utilizada como objeto de risa y que condiciona la libertad e igualdad de todas las personas que la padecemos, porque al contrario de lo que algunos piensan y defienden, se extrapola a todas las personas que tenemos esta condición con este tipo de actuaciones e imágenes, se generaliza que a toda persona de talla baja (sea estudiante, médico, ama de casa...), hay que reírse de ella en la calle, porque son bufones, porque son payasos, porque han nacido para ello, para que el resto de la gente nos riamos de ellos, uno dice, «si en las fiestas los han contratado para ello, para que nos reíamos de ellos», ¿por qué no lo puedo hacer en la calle, en una tienda, en una entrevista de trabajo?, ¿ y por qué voy a reñir a mi hijo cuando se queda riendo de una persona con enanismo cuando el otro día los fuimos a ver ( para reírnos de ellos), en las fiestas del pueblo?

No nos opongamos a que estas personas trabajen, eso sí, dignamente. Y es por eso por lo que desde la Fundación Alpe-Acondroplasia hemos suscrito convenios con distintas organizaciones, fundaciones especializadas en la formación y empleo de las personas con discapacidad para que se puedan formar y así poder acceder a un empleo de calidad; no estamos acomplejados con nuestra condición, faltaría más -de ser así, no lucharíamos por nuestra dignidad y por nuestros derechos como personas y como ciudadanos-; es todo lo contrario: luchamos por dignificar nuestra condición física porque detrás de esta discapacidad física hay muchas personas que sufren cada día la humillación y el desprecio de una sociedad que aún los trata como bufones, como payasos y de un Estado de derecho que aún no los ampara en su condición de ciudadanos. Triste y avergonzado me siento en mi doble vertiente en cuanto persona de talla baja-acondroplasia, y ciudadano de las comarcas mineras -tierra que lideró las luchas por la libertades democráticas, cívicas y sociales- de ver cómo en pleno siglo XXI se retrocede, de ver cómo se contratan espectáculos para las fiestas «culturales» de las parroquias que humillan y denigran una condición física.

viernes, 10 de julio de 2009

CATALAUÑA Y EL GOBIERNO CENTRAL

Os dejo para el debate, un artículo del maestro Vicenç Navarro, publicado en el boletín semanal de la Fundación Sistema, centrado en las relaciones entre Cataluña y el Gobierno Central en plena negociación del nuevo sistema de financiación.



http://www.fundacionsistema.com/News/ItemDetail.aspx?id=1753
CATALUÑA (Y SUS IZQUIERDAS) Y EL GOBIERNO CENTRAL

Una manera de ver la relación entre Cataluña y España (de la cual Cataluña forma parte) es analizar qué ha ido ocurriendo con el gasto público social que afecta, en gran manera, a la calidad de vida de las poblaciones de Cataluña y de España. Tanto para una como para la otra, la dictadura fascista (y sí, creo que debe definirse como fascista a aquella dictadura, por las razones que he explicado en Franquismo o Fascismo. Público, 28.05.09) fue muy negativa. El gasto público social cuando el dictador murió era el más bajo de Europa. El sistema de contabilidad del estado español de entonces (no existía todavía la Generalitat) no permitía conocer el gasto público social en Cataluña. Pero si el de toda España. Era un 14% del PIB, un poco más que la mitad del promedio de los países que más tarde formarían la Unión Europea de los Quince (UE-15). El déficit social heredado de la dictadura era enorme.

La democracia permitió que tal déficit de gasto público social con el promedio de la UE-15 fuera corrigiéndose, aunque esta corrección fue distinta en Cataluña que en España. En Cataluña, el establecimiento del gobierno de la Generalitat y la descentralización en la gestión del gasto público, que ocurrió durante el periodo democrático, hizo que las prioridades de gasto de los fondos recibidos del Estado Central fueran decididas, en gran medida, a nivel de Cataluña. Lo que el Estado Central decidía (pactado en parte con las CCAA) era el gasto público por habitante (que en Cataluña era inferior al promedio de España, entre otras razones por no contabilizarse correctamente la población real de Cataluña, tal como ha reconocido el gobierno español). De ahí que Cataluña recibiera menos fondos de los que le correspondían. Este déficit fue motivo de movilización popular por parte de CIU, la coalición liberal–cristiano demócrata que gobernó Cataluña en la mayoría del periodo democrático hasta 2004. CIU subrayó constantemente que el déficit del Estado del Bienestar (Sanidad, Educación, Servicios Sociales, etc.) se debía a “Madrid” (el término que la derecha catalana utiliza para definir al gobierno español). De ahí, la expresión de los nacionalistas españolistas de que CIU jugaba la “carta victimista”, la cual utilizaba intensamente durante las campañas electorales a fin de movilizar a su electorado. El hecho de que tal victimismo estuviese basado en un hecho real dio gran fuerza a este mensaje.

El retraso del Estado del Bienestar catalán, sin embargo, se debía también a otra circunstancia, nunca citada por CIU ni por los medios públicos de información, tales como la televisión y radio pública catalana (TV3 y Catalunya Radio), que controlaban e instrumentalizaban. El Pujolismo y la coalición que le apoyaba eran, como su ADN político indicaba, liberalismo con acento cristianodemócrata, todo ello cohesionado por su nacionalismo de carácter esencialista y orientación clasista, que favoreció a los servicios privados a costa de los servicios públicos. El subsidio a la escuela privada (concertada), gestionada por la Iglesia, era el más elevado de la UE-15, mientras que el gasto público por alumno era de los más bajos de la UE-15, perpetuándose el sistema escolar más polarizado por clase social que existía en nuestro continente (ver mi artículo “El sistema educatiu classista a Catalunya”. Sección Política Catalana, en www.vnavarro.org). El nacionalismo conservador catalán siempre ha tenido una concepción clasista de lo que es Cataluña.

La situación cambió en 2004, con el cambio de gobierno catalán, pasando a gobernar una coalición de izquierdas, que tenía en común un proyecto socialdemócrata, claramente reflejado en su pacto de gobierno. El gobierno español había creído que lo que llamaba “victimismo” desaparecería con la elección del nuevo gobierno, y ello fue particularmente acentuado cuando ganó el PSOE, dada la pertenencia a una misma familia política que el PSC (partido mayoritario en tal coalición tripartita). Se creyó así en la dirección del PSOE que se diluirían las tensiones Cataluña-España. La gran sorpresa por parte de tal dirección fue que las tensiones no desaparecieron. Se dijo, por parte de algunos dirigentes del PSOE, que las izquierdas catalanas “estaban contaminadas de pujolismo”. Muchos de los dirigentes del PSOE (y muy en particular varios barones regionales) no habían percibido dos hechos de gran importancia: uno era que no fueron las derechas sino las izquierdas las que lideraron en Cataluña la lucha por la identidad catalana durante la dictadura. Con la única excepción de Jordi Pujol, la gran mayoría de la dirección de CIU no participó en la lucha antifranquista. Artur Mas, su actual dirigente, estaba preparando sus oposiciones durante la dictadura, tal como había hecho José Mª Aznar. Pascual Maragall, José Montilla, Joan Saura y Josep Lluis Carod-Rovira, sin embargo, habían participado todos ellos (así como los partidos que lideraron) en la lucha antifranquista, habiendo sido un componente esencial de esta lucha la recuperación de la identidad nacional catalana. La lucha por tal identidad no disminuyó con la llegada del tripartito, tal como gran número de dirigentes del socialismo español había esperado y deseado. Zapatero había sido una excepción (y una clara esperanza en Cataluña) y su definición de España como un estado plurinacional (la España plural) reflejaba esta percepción, que se aceptó lentamente y a nivel retórico por el resto de la dirección del PSOE. La realidad es que había muchos intereses que estaban en contra de esta redefinición de España.

El otro hecho clave que explica las tensiones entre el tripartito y el gobierno español fue que las izquierdas representaban a las clases populares, que eran las que habían sufrido más la discriminación en contra de Cataluña y las prioridades establecidas por el gobierno CIU, durante los años que gobernó Cataluña. El gobierno conservador había gastado menos en los servicios públicos del Estado del Bienestar que la mayoría de CCAA, y ello se debía a que, recibiendo un gasto público menor del que le correspondía, dedicó menos fondos a los servicios públicos, en parte debido a que dio gran hincapié al gasto en inversiones identitarias (la televisión y la radiodifusión catalanas y los Mossos d’Esquadra), y también como consecuencia de favorecer a los servicios privados. De ahí que el gasto público social recibido por un trabajador en Cataluña para sus servicios era menor que el recibido por un trabajador andaluz y/o extremeño en su CCAA. Se explica así que el Govern de la Generalitat haya sido incluso más beligerante que CIU en su confrontación con el gobierno central, para corregir su déficit de gasto público procedente del Estado. Tal gobierno tripartito ha cambiado las prioridades del gasto público favoreciendo claramente los servicios públicos, pero el gasto público per capita continúa siendo insuficiente para desarrollar el estado del bienestar catalán al que Cataluña aspira y cree que se merece dado el nivel de desarrollo económico que tiene.

La imposibilidad de algunos sectores del socialismo español de entender esta realidad es una fuente de frustración e indignación en Cataluña, de la cual, paradójicamente, se está beneficiando la fuerza que ha sido siempre más acomodaticia con el gobierno central, es decir CIU. La derecha catalana, frecuentemente, ha puesto sus intereses de clase por encima de sus intereses identitarios. El último ejemplo es que Convergencia i Unió escogió integrarse en el grupo liberal europeo (que había votado en contra del reconocimiento del idioma catalán en la UE), que representa mejor sus intereses de clase (tal grupo votó a favor de la expansión del tiempo de trabajo a 65 horas).

Las tensiones existentes entre el tripartito y el gobierno socialista están debilitando enormemente a ambos. Existe en España una resistencia (heredada de la dictadura anterior) a aceptar la plurinacionalidad de España y reconocer que Cataluña tiene razón en su petición de corrección de agravios (como otras CCAA han visto sus agravios corregidos). Esta resistencia está liderada en España por el PP y el Partido de Rosa Díez, partidos que desean convertir Cataluña en una región de España, tal como la Cataluña francesa se ha convertido en una región de Francia, con la práctica desaparición de la identidad catalana en aquel país (la gran mayoría de catalanes en Francia no hablan ni saben hablar en catalán, la lengua de sus antecesores). El portavoz del PP en el Parlamento Europeo, el Sr. Mayor Oreja, ha defendido la “placidez” de aquella dictadura y ha celebrado que su abuelo prohibiera en su casa la utilización del euskera. Si hubiera vivido en Cataluña, habría prohibido el catalán. Indicar que el castellano está perseguido en Cataluña (donde la mayoría de los medios están escritos en castellano) y donde los estudiantes de las escuelas públicas tienen un conocimiento del castellano superior al promedio de España, es de una malevolencia extrema, carente de escrúpulos, en una campaña anti-Cataluña que el PP y el partido de Rosa Díez intentan movilizar en el resto de España.

Mientras, en Cataluña, tal tensión se agrava cuando se la acusa (injusta y maliciosamente) de insolidaria. Por desgracia, vamos a ver la catalanofobia estimulada por la derecha, en que algunas voces de la familia socialista van a añadir su voz, causando un daño enorme. Criticarán al gobierno socialista de Zapatero “por ceder demasiado a Cataluña”. Estas mismas voces, por cierto, permanecieron calladas cuando el Sr. Solbes proponía cantidades claramente insuficientes para resolver el enorme déficit de financiación autonómica de todas las CCAA. La voz del Conseller d’Hisenda de la Generalitat de Catalunya, el Sr. Antoni Castells, pidiendo una cantidad a distribuir entre las CCAA mucho mayor de la que Solbes estaba dispuesto a aceptar, fue escasamente apoyada por muchas voces que sacaban pecho defendiendo la unidad de España, unidad que muy pocos cuestionaban o cuestionan. Tal déficit de gasto público de las CCAA (y 12.000 millones continúan siendo muy insuficientes para resolverlo) afectará a todas ellas. Es ahí donde aquellas voces debieran haber sacado pecho y criticado al gobierno. Pero no lo hicieron. El déficit de gasto público social de las CCAA (es decir, la cantidad que España debiera gastarse en su estado del bienestar por el nivel de desarrollo económico que tiene) es de 52.000 millones. De ahí que las CCAA, en lugar de pelearse por las migajas de la pobre tarta, tendrían que haber presionado al gobierno central a que aumentara el tamaño de la tarta. Como siempre ocurre en nuestro país, los temas nacionales y territoriales se han utilizado para ocultar los problemas de clase que continúan existiendo en España. Y uno de ellos es el bajo gasto público, que afecta negativamente el bienestar y calidad de vida de las clases populares de todas las CCAA.

Vicenç Navarro

martes, 30 de junio de 2009

ARTICULO DE CARLOS CARNICERO

Siempre he admirado a Carlos Carnicero, en la memoría quedan los imborrables debates en Hora 25 moderados por el insustituible Carlos Llamas; Carnicero siempre ha defendido sus principios socialistas desde su libertad e independencia, en muchas ocasiones he discrepado pero en la gran mayoria comparto sus planteamientos.

Os dejo un comentario extraído de su blog( http://blogs.periodistadigital.com/opinion.php?cat=10106) que me parece muy interesante de cara al debate de ideas.

Carlos Carnicero - La izquierda y la autocrítica.

Escuchando a algunos líderes socialistas -tanto españoles como de otros países europeos- da la impresión de que no son conscientes de la precariedad de su situación y de la posibilidad de que hayan iniciado una pendiente de pérdida de sostén electoral que les convoque a la oposición en las próximas elecciones perdiendo el poder en los pocos sitios donde lo ocupan. Piensan que la culpa de la disminución de su apoyo es la crisis económica; un análisis superficial y vacuo porque las causas son más profundas y la crisis más compleja.

Hace veinte años que la izquierda reinició a muchas de sus señas de identidad porque la desaparición del socialismo autoritario de los países del este motivó la aceptación universal de los credos indiscutibles de los pensadores neoconservadores: no hay nadie en el mundo que organice mejor el pensamiento unificado y sea capaz de constituir equipos de penetración mediática. Los Neocon se infiltran por la más pequeña rendija con la soberbia de que su pensamiento es indiscutible.

Mientras, en el universo socialista el común denominador ha sido el complejo y la falta de coraje intelectual para sostener credos que estaban en la contracorriente de lo que con eficacia se trató y consiguió imponer desde la derecha más ultraconservadora.

Ahora, con una crisis que va mucho más allá de la catástrofe económica, los intelectuales progresistas, en su mayoría, se conforman con que las cosas vuelvan a estar como antes, cuando no había estallado la inoperancia y el egoísmo de los dirigentes económicos, y volver a una sociedad en la que el consumo amparado por la hipoteca de las vidas de los trabajadores comunes permita una apariencia de prosperidad general.

No hay movimientos en los partidos de izquierda que revelen otra inquietud distinta que evitar la pérdida del poder donde lo mantienen o de su obtención en los lugares en donde están en la oposición. Es cierto que en España el Gobierno socialista utiliza el déficit para proteger a los débiles; una política de solidaridad inevitable pero insuficiente para la reactivación del pensamiento progresista. La política debiera ser algo más que la lucha por la ocupación del poder y la democracia instantánea basada en los conocimientos sociológicos inmediatos sobre los ciudadanos debiera ser sustituida por una visión estratégica en la que la utopia volviera a tener sentido desde la búsqueda de una sociedad más justa.

La resultante puede ser la pérdida total de orientación de la izquierda: sin debate político en profundidad, con vocación populista, aceptando el terreno de juego ideológico de la derecha económica se pueden juntar las dos catástrofes peores que le pueden acechar a un partido político: la ocupación de la oposición en un largo periodo y la pérdida de confianza de los ciudadanos en que otra sociedad sea posible, lo que convocaría indefectiblemente a la desafección política.

La izquierda tiene muchas reformas pendientes: la primera la democratización interna de sus órganos de gestión y la búsqueda de espacios de participación para sus militantes para que no sean sólo maquinas electorales. Una reformulación fiscal y una política inevitable de confrontación ideológica con la derecha para que las diferencias entre unos otros sean el principal papel de crecimiento.

lunes, 29 de junio de 2009

FINANCIACION AUTONOMICA

En plena negociación del nuevo sistema de financiación autonómica, me gustaría reflexionar sobre algunos aspectos ideológicos que considero que se están obviando en el debate político y madiático;

Nos estamos olvidando del kit de la cuestión, que modelo de sociedad española aspiramos los socialistas; que cartera de servicios públicos inalienables a todo ciudadano queremos poner en marcha independientemente del lugar de residencia; que políticas públicas son prioritarias para los socialistas a fin de poder implementar el modelo de sociedad que defendemos.

Es preocupante que el debate político concerniente a este nuevo modelo se centre exclusivamente en los aspectos cuantitativos ( es decir, cuantos recursos voy a recibir) y no en lo cualitativos ( que servicios públicos, que políticas públicas vamos a financiar...). Lo que tenemos que defender por encima de todo los socialistas es la igualdad de oportunidades y de acceso a los servicios y políticas públicas de todos los españoles con independencia del lugar de residencia de cada uno; no se sostiene ideológicamente que un ciudadano tenga unos servicios en una comunidad y carezca de los mismos en otra y viceversa, estas cuestiones son las que tiene que erradicar este nuevo modelo de financiación. En temas sociosanitarios, políticas de discapacidad cada vez estas diferencias son mas latentes.

Otro aspecto que me gustaria resaltar en el debate sobre el nuevo modelo de financiación es la eficacia y la eficiencia en la gestión pública; siempre se ha relacionado estos términos ( eficacia y eficiencia) con la empresa privada y con el deseo de privatización de los servicios público desde la creencia que el sector privado gestiona de modo mas eficaz y lo hace mas eficientemente; yo no comparto en absoluto estas tesis pero si reivindico que el sector público tiene que plantearse un nuevo modelo de gestión pública que gestione de un modo mas eficaz y eficiente los servicios públicos, este es un tema central que debería estar encima de la mesa de negociación de los nuevos modelos de financiación autonómica y local; el estado cuando transfiere recursos a las CCAA, coorporaciones locales ha de ser exigente con los mismos y condicionar su gestión de forma eficaz porque son los recursos de todos los ciudadanos que contribuyen a la financiación de las políticas públicas, pero esto lo dejaremos para otro comentario.

He de reconocer que no entiendo algunas proclamas que de un tiempo a esta parte bajo la bandera del socialismo democrático; la izquierda por definición no entiende de nacionalismos, ni de todo aquello ligado a los imos y territorios; las ideas socialdemocrátas nacieron de los movimientos internacionalistas ( la internacional socialista), y asprira a la igualdad de oportunidades, a la justicia social, a la defensa de la dignidad humana, los derechos humanos y la solidaridad y cooperación como instrumentos de convivencia entre los ciudadanos y los pubelos; estas ideas no entienden de territorios, de municipios, de países, de banderas, de idiomas, son inherentes a los seres humanos y al planeta, es por ello que uno percibe con cierto estupor y preocupación como cada vez mas los proyectos se centran exclusivamente en lo local, lo regional, la exaltación del yo, de lo mio, de mi municipio, de mi región, de mi federación, etc y se pierde el caracter global de nuestro proyecto político, social y económico.


Os dejo para acompañar mis reflexiones un artículo de Ana Noguera publicado en www.fundacionsistema.com, que me parece muy interesante.

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA FINANCIACIÓN AUTONÓMICA

Sinceramente creo que José Luis Rodríguez Zapatero ha sido valiente, comprometido y coherente con sus obligaciones como Presidente de Gobierno al abrir un debate tan fundamental para el sostén del Estado Español como la financiación de las autonomías. Cualquier otro Presidente hubiera pasado “de puntillas” por un tema tan complejo, aunque todos sepamos que es imprescindible revisar el actual sistema de financiación.

Pero todos sabemos también que es un problema complejísimo pues en él confluyen otros intereses, sentimientos, u objetivos que el simple de la financiación.
La valentía de Zapatero ha de ser respondida con coherencia y rigor por parte del resto de Presidentes Autonómicos. Pero esto no es tan fácil. Se mezclan las buenas intenciones con los intereses electorales, el nacionalismo y la defensa autonómica con la desestructuración del Estado. Más que nunca, se hace válida la pregunta: “¿usted que se considera más: español o...?

Hay varias incongruencias que se ponen encima de la mesa:

1) ¿tTiene el PSOE un único concepto del Estado de las Autonomías? ¿Hasta dónde han de llegar sus límites? ¿Caminamos hacia un Estado Federal? Los órganos internos del partido son federales, y lo recordó Zapatero en su intervención al ser elegido Secretario General del Partido. Efectivamente, ¿pero todos entienden lo mismo por la composición de un Estado Federal?

2) ¿Tiene el PP una propuesta alternativa? No podemos olvidar que el actual sistema de financiación se aprobó con el gobierno de Aznar. Y éste es el sistema que ha penalizado durante años a algunas Comunidades Autónomas como la Valenciana, gobernada por el PP cuando se aprobó el sistema de financiación y que hoy protesta ante el Gobierno Central. ¿Qué plantea hoy el PP? Dentro de sus propias filas hay división de opiniones: no es lo mismo lo que dice Camps que lo que dice Feijóo. Pero ¿qué dice Rajoy? Bueno sería que aquel candidato que quiere presidir el gobierno nos diga antes cuál es su propuesta de Estado.

3) ¿Sigue teniendo sentido actualmente las nacionalidades históricas y que tengan financiaciones diferentes como el cupo vasco o el navarro? ¿El sistema actual de financiación ha de ser para todas las Comunidades Autonómicas por igual o todavía deben quedar herencias de otras épocas?

4) ¿Se necesita la revisión de la Constitución en este nuevo paso? ¿Qué hacemos con el Senado? ¿Hablamos sólo de dinero o hablamos también de cómo ha de ser la representación territorial de las autonomías en el Senado y cómo debe ser su elección democrática por parte de los ciudadanos?

El peligro del sistema de financiación es que cada Presidente Autonómico intenta “cazar votos” hablando de “¿qué hay de lo mío?”. No todos los Presidentes se comportan igual, pero algunos generan enfrentamientos, crispación, rivalidades entre otras comunidades, juegan al victimismo, y defienden (sin saber qué ni cuánto) cuanto más para los nuestros mejor con el fin de sacar rédito electoral. Si esto genera insolidaridad, egoísmo o nacionalismo excluyente da igual, porque lo que importa es que el Presidente Autonómico llorón, reivindicativo, capaz de enfrentarse al Gobierno Central, pedir para “los nuestros” a costa de lo que sea, da votos.

El problema del debate de financiación autonómica es que en la cola está quedándose la razón, el rigor, la coherencia, la solidaridad, el equilibrio territorial. Hay un principio que todos compartimos: “todos los españoles han de ser iguales, recibir los mismos servicios, ser tratados por igual y que no existan diferencias sociales o legales entre ellos, fomentando la igualdad de oportunidades”. Pero este principio no está garantizado de forma gratuita: hay que creerlo, defenderlo y trabajarlo. Y hoy, cuando hacemos demagogia del sistema de financiación, ponemos en peligro el principio de igualdad de todos y cada uno de los españoles viva donde viva.

Ana Noguera

jueves, 11 de junio de 2009

HACIA DONDE CAMINA ESTA SOCIEDAD.......




Hoy me he quedado perplejo a leer en la prensa la siguiente noticia, cuyo titular es “Sin brazo y sin papeles”. Un trabajador boliviano pierde una extremidad en una panificadora y su jefe le abandona camino del hospital tras tirar el miembro a la basura. Su hermana Silvia lo resumió con una crudeza tan esencial que asusta: «Venimos desde Bolivia dejando a la familia para buscar una vida mejor, pero esto no es una vida mejor, mi hermano ha perdido un brazo, que es su herramienta de trabajo». Franss Melgar Vargas, boliviano, de 33 años, trabajaba el paso 28 de mayo, como todos los días, en una panificadora de Gandía, en Valencia, amasando cuarenta kilos de harina cuando una bolsa se le cayó, la máquina le enganchó el brazo y se lo seccionó. Franss pudo parar a tiempo el equipo y evitar morir enganchado en el mecanismo. Su jefe, que no lo había dado de alta en la Seguridad Social ni le había hecho ningún contrato, también quiso evitar problemas. Se llevó a Franss al Hospital de Gandía, le dijo que al llegar a urgencias dijera que simplemente «había sido un accidente y nada más» y acabó abandonándolo en mitad de la calle, a un centenar de metros del hospital. Regresó a la fábrica, limpió como pudo la maquinaria y tiró el brazo a un contenedor de basura.

Uno se pregunta en que mundo vive, que le está pasando a esta sociedad para se produzcan actitudes y comportamientos de este calibre “ que no son hechos aislados”; seres humanos, personas, ciudadanos que emigran de sus países en busca de un trabajo para que pueda vivir dignamente su familia, tienen que emigrar de su tierra como única de poder evitar su condena a la miseria, pobreza, ……………………..

Lo preocupante es que el estado de derecho no sea capaz de atacar de forma preventiva estos comportamientos esclavistas, se necesitan mas medios y recursos para que crimenes como éste no vuelvan producirse. La sociedad, los ciudadanos “ consumidores” también tenemos nuestra parte de culpa, seguramente las panaderías a las que suministra la panificadora hoy seguirán vendiendo de forma habitual y estarán llenas de consumidores impacientes en adquirir un pan ( barato y de calidad) a los que le es indiferente que sea elaborado por seres humanos esclavizados; personas que han cometido un único error ( y que por ellos ya están condenados de por vida) no es más que el nacer en un país pobre ( Bolivia) y rebelarse ante un futuro vital marcado por la miseria y la pobreza, no les queda mas camino que emigrar a un país democrático y con un sólido estado social y de derecho en busca de un futuro económico para él y su familia.
Hoy leyendo la noticia me viene a la cabeza la definición de Alfonso Guerra sobre que es el socialismo, “ socialismo no es mas que nadie tenga tan poco que tenga que arrodillarse ante el poderoso, ni que el poderoso tenga tanto que haga arrodillarse ante el al que tiene tan poco”, es decir, que nadie tenga tan poco que tenga que trabajar doce horas diarias con un sueldo de 20 € por día, sin papeles, sin derechos, sin medias de seguridad, sin contrato………, que tiene un accidente que le imputa el brazo y que su jefe le deja tirado como un objeto ( dándole igual si muere o no, si puede recuperar su brazo o no, …) sólo le preocupa limpiar su panificadora y que nadie se entere que su negocio se nutre de eslavos, no vaya ser que deje de vender mi pan, pierda mis ventas, las cuentas no me salgan………, no le preocupa que el esclavo que tenía esté en el hospital amputado de su brazo, ya tiene a otro esclavo desesperado por el hambre de los suyos esperando el maltrado de las condiciones de trabajo de su empresa, el miedo, la pobreza y el hambre de los suyos prima sobre la posibilidad de que pueda perder un brazo o la vida, es sólo cuestión de prioridades, y por supuesto, el hambre, la miseria pridominan sobre su dignidad y sus derechos humanos y laborales como trabajador......... ; mientras tanto la sociedad sigue inmune e indiferente.

CUANTO NOS QUEDA A LOS SOCIALISTAS POR HACER……………………….

miércoles, 10 de junio de 2009

ARTURO CARRIO

El pasado día 26 de Mayo se cumplieron dos años del fallecimiento de mi amigo, maestro y compañero Arturo Carrio . Os dejo el artículo que me ha publicado La Nueva España el pasado 4 de Junio.

El tiempo no puede borrar tu memoria
El tiempo no puede borrar de la memoria social asturiana la trayectoria política y cívica de aquel joven maestro que en 1979 encabezó las listas del PSOE en Sobrescobio, y que cuatro años mas tarde lideraría la candidatura socialista en Laviana, años de trabajo y compromiso para transformar la sociedad y poner las bases del futuro social y económico de las comarcas mineras y de Asturias; ¡cómo te hubiera gustado participar en los actos de conmemoración del 30 aniversario de la constitución de las primeras corporaciones locales!, coincidir con los compañeros que te acompañaron en aquella labor tan digna de divulgación pedagógica de la cultura democrática entre la ciudadanía. Tu defensa incansable por la libertad, por la igualdad, por la justicia social y la igualdad de oportunidades, por la dignidad, por tu tierra y sus gentes, por la cultura, por la literatura, por el deporte, por el compromiso social y cívico impregnaron desde el primer día tu trayectoria personal, política y profesional. Tus alumnos siempre recuerdan al maestro que siempre los apoyó, que los incentivó a la lectura, al saber y el que les enseñó que el arma mas poderosa que uno tiene es la inteligencia y no la fuerza. El tiempo no puede borrar de nuestra memoria al compañero Arturo Carrio, trayectoria digna, ejemplar y siempre a disposición del partido socialista y de la ciudadanía; entendías la militancia en el PSOE como una forma de vida que tenía que ser coherente y correlativa con los principios y valores que siempre habías defendido y promulgado. Siempre nos decías que un socialista no es el que tiene el carné del partido sino el compañero que es respetado por los ciudadanos por su trayectoria social, cívica y ética. Todos los que compartieron contigo responsabilidades y trabajaron codo a codo resaltan ese vacío difícil de ocupar, del compañero íntegro, inteligente y eficaz que conocía como nadie la realidad de Asturias y la de cada uno de los 78 municipios asturianos. El tiempo no puede borrar de nuestra memoria al amigo Arturo, a la persona que nos transmitió y enseñó el verdadero y digno significado de la amistad, aquel que siempre tenía tiempo para compartir con sus amigos, al que siempre acudíamos en busca de consejos. Arturo, tus amigos al igual que hicimos el año pasado nos volveremos a reunir para recordar al «alma mater» del grupo, el que unió a ese grupo humano que denominan «los amigos de Arturo Carrio», aunque tu silla siga estando vacía, tu presencia, tu amistad y tu memoria está mas presente que nunca entre todos y cada uno de nosotros. La trayectoria de Arturo Carrio representa la historia vital de un ciudadano, de un amigo, de un marido, de un padre, de un abuelo, de un compañero que nunca perdió su capacidad de indignarse antes las injusticias, que nunca abandonó sus principios y que vivió de forma humilde, coherente e integra con sus ideas; personas y trayectorias vitales difíciles de encontrar en la sociedad en la que vivimos, huérfana de referentes.