miércoles, 11 de septiembre de 2013

ALLENDE Y LAS EVIDENCIAS

Es evidente que Salvador Allende, sigue siendo un referente político, moral, intelectual y ético para todos los que compartimos los principios y valores que de forma magistral defendió y promovió durante toda su vida. Es evidente, que el 11 de septiembre es una efeméride que nos orgullece y que nos sirve para levantar los ánimos en estos tiempos de desasosiego, desconcierto, incertidumbre, preguntas sin respuestas, decepciones, incomprensiones, cabreos e impotencia que sufrimos a nivel individual y colectivo los militantes del socialismo democrático. Es evidente, que en nada se parece la sociedad de 1973 a la del 2013, pero se mantienen intactas las razones ideológicas, morales y éticas que llevaron a las compañeras y compañeros del Partido Socialista de Chile a organizarse y articular su acción política en defensa de los derechos de los trabajadores, de los sectores sociales mas desfavorecidos y de conquistar las libertades inherentes a una sociedad mas libre, digna y justa. Es evidente, que en 2013, ese socialismo democrático que tanto anhelamos le falta identidad, coherencia, lealtad, coraje, empatía con aquellos que dice representar y sobre todo, primacía ética y moral como la que desprendía Salvador Allende. Es evidente, que el legado y la memoria de Salvador Allende, nos tiene que servir de referente y de impulso pero a su vez, preguntarnos si hoy viviera se sentiría orgulloso (como nosotros nos sentimos de él), del papel que el socialismo democrático está jugando en la actualidad, de esa Internacional Socialista, de los compatriotas de los partidos socialistas de cada país, de las y los socialistas de forma individual y colectiva. Es evidente, al menos hablo de forma individual, que ante esa pregunta diría que no, nos achacaría la pérdida de integridad moral, ideológica y ética, la falta de coraje, de ilusión y la ausencia de coherencia individual y colectiva entre lo que decimos que defendemos y lo que muchas veces hacemos. Es evidente, que su legado es tan íntegro y extraordinario que me indigno conmigo mismo al observar de dónde venimos, dónde estamos y como hemos llegado hasta aquí. Es evidente, que cada uno tiene sus respuestas, sus razones, sus por qué, sus cuándo y sus cómo…., pero nadie puede negar que de forma individual y colectiva hemos fallado a su legado. Que este 11 de septiembre nos sirva para concienciarnos y que cada uno interiorice sus principios, valores, políticas, acciones o programas pero lo que es evidente, es que el socialismo democrático a nivel internacional debe de preguntarse muchas cosas pero la fundamental, ¿ de dónde venimos, cual es nuestro papel en la sociedad, cuales son los sectores a los que nos debemos, cuales son nuestras herramientas, cómo recuperamos la primacía ética y moral de la acción política y qué alternativa social, económico, cultural y cívica defendemos?. Es evidente, que bajo el paraguas del socialismo democrático no cabe todo y hoy 11 de septiembre, es una buena fecha para reflexionar sobre ello, para recuperar la memoria de dónde venimos, para concienciarnos de que el socialismo democrático lleva inherente una historia cargada de lucha, sacrificio, muertes, penurias, y que ese legado nos exige dar lo mejor de cada uno de nosotros, hay que acabar con esa falda idea de que las y los socialistas sólo podemos llevar nuestra acción política en los órganos de los partidos o los cargos institucionales, hay que volver a los movimientos cívicos, sociales, culturales, deportivos para impregnar nuestras ideas en una sociedad desorientada y huérfanas de referentes, pero no para imponer o convencer de los buenos que somos y lo malos que son nuestros adversarios, no….. si no para que esa sociedad sea activa, crítica, constructiva y exigente. Es evidente, que nos hace falta mas coherencia y lealtad de forma individual y colectiva con esa historia cargada de páginas de compañeras y compañeros que dejaron su vida por defender los valores y principios del socialismo democrático. Y ser coherentes y leales es ser exigentes, y entre todos volver a reconstruir la magia y el coraje perdido del socialismo democrático, recuperando la primacía ética y moral de acción política colectiva e individual de todas y todos que defendemos los ideales emancipadores del socialismo democrático. VIVA SALVADOR ALLENDE.

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