martes, 11 de agosto de 2009

REFLEXION SOBRE PARTIDOS POLITICOS-ARTICULO DEL PUBLICO

Considero que este artículo nos puede servir para abrir un debate sobre los partidos políticos, cargos orgánicos, representantes institucionales y su imagen social. Todos los que entendemos la política como un instrumento de transformación social y de convivencia cívica tenemos la obligación de pararnos a reflexionar de vez en cuando sobre el impacto, " la imagen", el concepto que de NOSOTROS tiene el resto de los ciudadanos/as. Tristemente en las últimas semanas están apareciendo informaciones que en nada benefician a LA POLITICA, y a la noble y digna labor de miles de ciudadanos que dedican su tiempo a la defensa de sus principios e ideales, y a la gestión de lo público. Si no somos capaces de ver mas allá de nuestra propia casa, de abrir nuestros análisis a la realidad social existente entre la ciudadanía, a las nuevas formas de organización social, a los nuevos movimientos cívicos, a las nuevas formas de comunicación, de socialización, de convicenvia, de compromiso ciudadano, estaremos cometiendo un grave error que tendrá fatales consecuencias no sólo partidistas sino que afectará al capital social democrático. En los próximos días os dejaré comentarios sobre aspectos mas concretos ( papel de los partidos y de los afiliados, democracia interna de los partidos, participación ciudadana, comunicación política entre los partidos y los ciudadanos, ....)

Esos lamentables políticos
Creo en la democracia. O mejor digamos que considero que es el menos malo de los sistemas de gobierno que las sociedades
humanas han sido capaces de desarrollar. Sin embargo, los problemas que plantea su funcionamiento del día a día son muchos. Uno de los más difíciles de resolver es la necesidad de que exista un gran número de personas preparadas para ejercer las responsabilidades que los ciudadanos depositan en ellas. Preparadas, es decir, con conocimiento suficiente de los asuntos de los que van a tener que ocuparse. Con capacidad de reflexión y criterio personal. Con humildad para saber escuchar las opiniones ajenas. Y con una firmeza ética que los aleje de las innumerables tentaciones que acompañan el ejercicio del poder: el abuso, la atracción por los oropeles y el dispendio y, sobre todo, la facilidad para dejarse corromper.

Supongo que no es fácil encontrar muchos individuos que gocen de todas esas cualidades y estén dispuestos a ponerlas al servicio de los asuntos públicos. Pero es mucho más difícil aún dentro del complejo marco de los partidos políticos, esos viejos armatostes decimonónicos que huelen a naftalina y arrastran oxidados engranajes de funcionamiento. Para moverse ahí dentro, imagino, hace falta ser muy ambicioso y muy astuto. Saber arrimarse al sol que más calienta. Obedecer ciegamente a los de arriba y conseguir hacerse obedecer por los de abajo. Ganarse apoyos a base de todas las estrategias imaginables. Cerrar los ojos ante los comportamientos ajenos cuando conviene. No sentir ninguna compasión ni permitirse un momento de debilidad. Olvidarse de la propia moral. Etc., etc.

El resultado es el que vemos: hombres y mujeres que, en buena medida, han llegado a las alturas de los partidos sin que nada los avale, sin profundidad intelectual, sin discurso, sin ideas, sin imaginación, sin generosidad. Políticos mezquinos y burdos que sólo parecen preocupados por instalarse o mantenerse en el poder, a costa de lo que sea, y no por mejorar las condiciones de vida del país. Por no hablar de los que sólo piensan en su propio bolsillo. No dudo de que los otros existen. Pero lo cierto es que cada vez se les ve menos. Y que el panorama general da pena.

viernes, 7 de agosto de 2009

La degradación de las personas de talla baja

Os adjunto artículo que he publicado en La Nueva España, edic. de las Cuencas, con motivo de la polémica suscitada con la contratación degradante de "un show de enanitos" en unas fiestas de un pueblo de Mieres. Tristemente las personas de talla tenemos que seguir defendiendo nuestra dignidad y nuestra condición de personas en pleno siglo XXI.

La degradación de las personas de talla baja

A propósito de la celebración del «Show de los enanitos» en las fiestas de Los Felecho

FELIPE ORVIZ ABOGADO, MIEMBRO DE LA FUNDACIÓN ALPE-ACONDROPLASIA

El pasado fin de semana se celebró la romería de Los Felechos-El Rancho, en Mieres, y dentro de la programación que elaboró su comisión de las fiestas se incluyó un «Gran show de los enanit@s que bailarán en la barra de la carpa». ¿Por qué las personas de talla baja nos oponemos, rechazamos y denunciamos este tipo de espectáculos? En primer lugar, porque vulnera nuestra dignidad como personas, nuestra condición de ciudadanos y nuestros derechos más fundamentales que conforman el código mínimo que se atribuye a toda persona en un Estado social y de derecho; estos espectáculos se basan en la humillación de una condición física (enanismo), utilizada como objeto de risa, de mofa y de degradación; estas personas no son contratadas por sus cualidades artísticas o sus dotes de interpretación, todo lo contrario: tal como establece el anuncio de la actuación «Gran Show de los Enanitos», ¿Alguien conoce los nombres de estos supuestos artistas?, ¿Qué papel interpretativo o artístico van a desarrollar en su actuación encima de la barra del bar de las fiestas?, ¿Éste es el lugar donde desarrollan los artistas sus actuaciones artísticas o interpretativas?; si es un papel artístico, ¿lo pueden desarrollar una personas de talla normal actuando encima de la barra del bar?; ¿si fueran artistas no deberían desarrollar su trabajo en un escenario o un teatro? Gracias a este tipo de actuaciones -y sobre todo de aquellas personas que las contratan y las que las consumen-, la talla baja sigue siendo la única discapacidad-condición física que causa risa, la única que es utilizada como objeto de risa y que condiciona la libertad e igualdad de todas las personas que la padecemos, porque al contrario de lo que algunos piensan y defienden, se extrapola a todas las personas que tenemos esta condición con este tipo de actuaciones e imágenes, se generaliza que a toda persona de talla baja (sea estudiante, médico, ama de casa...), hay que reírse de ella en la calle, porque son bufones, porque son payasos, porque han nacido para ello, para que el resto de la gente nos riamos de ellos, uno dice, «si en las fiestas los han contratado para ello, para que nos reíamos de ellos», ¿por qué no lo puedo hacer en la calle, en una tienda, en una entrevista de trabajo?, ¿ y por qué voy a reñir a mi hijo cuando se queda riendo de una persona con enanismo cuando el otro día los fuimos a ver ( para reírnos de ellos), en las fiestas del pueblo?

No nos opongamos a que estas personas trabajen, eso sí, dignamente. Y es por eso por lo que desde la Fundación Alpe-Acondroplasia hemos suscrito convenios con distintas organizaciones, fundaciones especializadas en la formación y empleo de las personas con discapacidad para que se puedan formar y así poder acceder a un empleo de calidad; no estamos acomplejados con nuestra condición, faltaría más -de ser así, no lucharíamos por nuestra dignidad y por nuestros derechos como personas y como ciudadanos-; es todo lo contrario: luchamos por dignificar nuestra condición física porque detrás de esta discapacidad física hay muchas personas que sufren cada día la humillación y el desprecio de una sociedad que aún los trata como bufones, como payasos y de un Estado de derecho que aún no los ampara en su condición de ciudadanos. Triste y avergonzado me siento en mi doble vertiente en cuanto persona de talla baja-acondroplasia, y ciudadano de las comarcas mineras -tierra que lideró las luchas por la libertades democráticas, cívicas y sociales- de ver cómo en pleno siglo XXI se retrocede, de ver cómo se contratan espectáculos para las fiestas «culturales» de las parroquias que humillan y denigran una condición física.